Si no vas a ayudar a volar, despeja la pista.
A lo largo de los años en nuestra vida se cruzan muchas personas. Algunas se convierten en un apoyo inestimable, nos sustentan durante los momentos más difíciles y nos dan fuerzas para continuar. Otras nos inspiran o asumen el papel de guía y mentor. Sin embargo, también nos encontramos con quienes se encargan de buscar un problema para cada solución, de colocar obstáculos en el camino y contagiarnos con su pesimismo, para asegurarse de que no levantemos vuelo. Estas personas existen y, si bien debemos aprender a convivir con ellas, no debemos permitir que se interpongan en nuestros sueños y proyectos futuros.
Las personas que nos motivan y nos alientan son importantes porque fortalecen nuestra autoestima y nos infunden confianza. Sin embargo, una dosis de negativismo tampoco viene mal, sobre todo cuando se trata de proyectos muy ambiciosos.
Por eso, el papel de las personas que intentan desanimarnos viendo todos los desastres que pueden ocurrir también es importante. La clave radica en asumir una distancia emocional, escuchar lo que dicen sin impregnarse de su pesimismo.
Recuerda que en la vida la clave del equilibrio radica en ser capaces de juntar los extremos.
Las personas negativas no cambiarán su visión del mundo. Cada quien tiene una opinión y tiene el derecho a expresarla, aunque sea errónea, aunque no sea la más inteligente y aunque te desmotive. No puedes cambiar eso. Sin embargo, puedes cambiar tu reacción ante esas opiniones.
Si se trata de una persona cercana que siente la necesidad de opinar continuamente sobre tus planes, es probable que en el fondo sienta miedo por ti y que no quiera que asumas nuevos riesgos porque solo es capaz de ver los peligros que ello conlleva.
En esos casos es importante que aprendas a marcar una distancia, por tu bienestar psicológico.
Diles que has tomado nota de sus opiniones y consejos pero que eres tú quien decide. No puedes obligarles a apoyarte en un proyecto en el que no creen o que les asusta, pero tampoco tienen el derecho de entorpecer tu vuelo.