Amar sin poseer, acompañar sin invadir y vivir sin depender
Apenas tenemos algo, apenas sentimos que algo es nuestro, el miedo a perderlo se apodera de nosotros. Y mientras más nos apegamos a esa posesión o más amamos a la persona, mayor es ese miedo.
Para amar y dejar ser tenemos que abrir nuestra mente y trabajar internamente para cambiar.
Para iniciar ese cambio plantéate lo siguiente:
✨No confundas apego con amor. La posesividad es una forma de apego que no refleja amor sino nuestro deseo y necesidad de control y suele provenir de una confusión: interpretamos equivocadamente nuestro apego como amor. El apego es una emoción superficial que nos ata, mientras que el amor es una emoción más profunda que nos libera...
✨Deja ir la necesidad de control. La posesividad surge de la inseguridad, que intentamos atenuar a través del control porque este nos brinda la falsa ilusión de seguridad. Sin embargo, cuando te das cuenta de que en realidad el control que ejerces es mínimo porque en cualquier momento la vida te puede arrebatar cualquier cosa o a cualquier persona, entonces comprendes que no tiene sentido gastar tanta energía inútilmente. En ese momento ocurre un pequeño milagro: en vez de esforzarte por controlar, te esfuerzas por disfrutar más de esa persona o de tus posesiones.
✨Cultiva tu “yo”. La dependencia emocional del otro y el deseo de controlarlo surge cuando sentimos que no somos capaces de satisfacer nuestras necesidades. Cuando maduramos, cuando confiamos en nuestras capacidades y hemos conectado con nuestras emociones, la posesividad desaparece, simplemente porque no la necesitamos, no tiene razón de ser...
✨Asume que todos tienen derecho a ser. No le hacemos un bien a los demás cuando imponemos nuestras opiniones y formas de hacer. Por tanto, no caigas en el error de intentar imponer tu manera de ver el mundo para “ayudar” al otro. Nadie está obligado a satisfacer nuestras expectativas, por lo que el mayor regalo que podemos hacerle a quienes amamos es dejar que sean, y aceptarles incondicionalmente.